El canto de las aves ornamentales es una de las mayores alegrías para quienes disfrutan de su compañía. Sus trinos llenan el hogar de vida, color y energía. Sin embargo, hay momentos en los que estas pequeñas cantoras guardan silencio, y eso suele preocupar a sus cuidadores. ¿Por qué dejan de cantar? ¿Significa que están enfermas o tristes? En este artículo te explicamos las causas más comunes por las que las aves dejan de cantar, incluyendo el importante periodo de muda, y cómo puedes ayudarlas a recuperar su vitalidad y alegría.
El canto, reflejo de salud y equilibrio
El canto no solo es una muestra de belleza natural; también es un indicador del bienestar físico y emocional del ave. Cantar requiere energía, por lo que cualquier cambio en su salud, su entorno o su rutina puede hacer que reduzca o detenga su canto temporalmente.
Entre las causas más frecuentes se encuentran el estrés, los cambios de temperatura, una alimentación deficiente, la falta de luz solar y, especialmente, el periodo de muda, un proceso completamente natural que cada cuidador debe conocer y respetar.
El periodo de muda: el momento natural del silencio

La muda es una de las etapas más delicadas en la vida de un ave. Durante este proceso, el animal renueva su plumaje, desprendiéndose de las plumas viejas para dar paso a nuevas, más brillantes y fuertes. Aunque parece un cambio superficial, implica un gran esfuerzo físico y metabólico, ya que el ave necesita producir queratina, proteínas y energía adicional para regenerar su plumaje.
Durante la muda —que suele ocurrir una o dos veces al año, especialmente al final del verano o al inicio del otoño— es completamente normal que las aves dejen de cantar o canten con menos frecuencia. Su organismo se concentra en el crecimiento de las nuevas plumas y en mantener su temperatura corporal. Además, al sentirse más vulnerables, tienden a permanecer tranquilas y silenciosas.
Por eso, no debes forzar ni estimular el canto durante la muda. Lo más recomendable es ofrecerle descanso, una buena alimentación rica en vitaminas y proteínas, y un entorno cálido y estable. Una vez que el proceso haya finalizado, el canto volverá de manera natural, con más fuerza y claridad.
Luz y temperatura: dos factores clave para el canto
El canto de las aves está estrechamente vinculado con la cantidad de luz que reciben. La luz solar estimula su sistema hormonal, especialmente en especies como canarios o jilgueros. Durante los meses de invierno, cuando los días son más cortos, es común que canten menos. Si tus aves viven en interiores, puedes ayudarlas colocando la jaula cerca de una ventana luminosa o utilizando lámparas de espectro natural, que imitan la luz del día y mantienen su ritmo biológico activo.
También la temperatura influye. Un ambiente demasiado frío puede hacer que el ave conserve energía en lugar de usarla para cantar. Por eso, mantener su jaula en un lugar templado, sin corrientes de aire y alejada de fuentes de calor directas, es fundamental para que se sienta cómoda y con ganas de cantar.
Alimentación y energía para un canto saludable
Una buena alimentación es esencial para la salud y el canto. Las aves que reciben una dieta variada, con mezclas de semillas de calidad, frutas frescas, verduras y suplementos vitamínicos, tendrán más energía y resistencia. Durante la muda, es recomendable aumentar el aporte de proteínas (por ejemplo, con pasta de cría o huevo cocido) y ofrecer productos ricos en aminoácidos y biotina, que fortalecen el plumaje y ayudan a una recuperación más rápida.
Evita cambios bruscos en la dieta o deficiencias nutricionales, ya que pueden afectar tanto al canto como a la salud general. Una alimentación equilibrada es la base para que tu ave vuelva a trinar con fuerza y alegría.

Ambiente, seguridad y estímulo
El entorno también influye en el comportamiento de las aves ornamentales. Un ambiente con ruidos intensos, movimientos constantes o falta de descanso puede generarles estrés, impidiendo que canten. Las aves necesitan sentirse seguras para expresarse. Por eso, es recomendable mantener su jaula en un lugar tranquilo, con buena ventilación y sin corrientes de aire.
Hablarles con suavidad o ponerles grabaciones suaves de cantos de su misma especie puede ayudar a estimular su instinto natural, siempre y cuando no estén mudando ni estresadas. La paciencia es clave: el canto volverá cuando el ave se sienta cómoda y en equilibrio.
Recuperar el canto: tiempo, cuidado y observación
Si tu ave ha dejado de cantar, no intentes forzarla. Observa su entorno, su comportamiento y el estado de sus plumas. Si está en muda, dale tiempo y refuerza su nutrición. Si no, revisa factores como la iluminación, la temperatura o la convivencia con otras aves. Cada especie tiene su propio ritmo, y forzar el canto solo genera más estrés.
Un ave bien cuidada, alimentada y tranquila volverá a cantar por sí sola, llenando tu hogar de esa melodía tan especial que solo ellas pueden ofrecer.
Conclusión
El canto de las aves ornamentales es un reflejo de su salud, su energía y su bienestar. Entender sus etapas naturales, como la muda, y respetar sus tiempos de descanso es fundamental para que sigan siendo felices. Con una buena alimentación, luz adecuada y un entorno seguro, el canto regresará por sí solo, más fuerte y armonioso que nunca.
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